Sentido y jerarquía de los valores
Cabe afirmar que el tema del sentido y jerarquía de los valores no es una
cuestión de menor importancia que el de su fundamentación, pues el acto
mismo de su ordenación jerárquica, revela en buena parte la condición
ética de los individuos y de los pueblos que expresan sus preferencias
axiológicas en determinadas tablas de valores.
El hecho mismo de que el hombre se pronuncie por ordenar jerárquicamente
los valores es un ejercicio de deliberación que contiene en sí
mismo una elevada significación ética, incluso en la ética que aplicamos
en la vida cotidiana, pues el verdadero ejemplo de valoración moral no es
precisamente el que consiste en elegir entre un valor y su correspondiente
disvalor (el bien sobre el mal, la justicia sobre la injusticia, etc.), sino aquel
que consiste en hacer de la valoración misma una actividad concreta
que nos permite definir prioridades, jerarquías y, en general, proyectar
estimaciones en cuanto al orden de importancia de lo que consideramos
nuestros valores esenciales. Así pues, al hablar de jerarquía de valores:
No se trata únicamente de diferencias y preferencias entre lo positivo
y lo negativo. La elección valorativa más frecuente no es la
que se da entre valores y disvalores, sino entre valores y valores.
Valorar es jerarquizar. .. El valor se da, por así decirlo, en “escalas”
que implican sucesivas gradaciones y cualidades. El valor se da en
modos y grados diferentes. La opción valorativa no se produce
entre lo bueno o lo malo, sino entre lo que es “más” o “menos”
bueno. De ahí la necesidad de la conciencia, de la sabiduría, del
conocimiento de lo mejor y lo peor.48
A lo anterior, habría que agregar que la ordenación jerárquica
de los valores no se da en un vacío cultural e ideológico, sino que el
individuo y los pueblos enteros que establecen y siguen una tabla
de valores, expresan sus preferencias axiológicas condicionados por
las creencias y los valores predominantes de la época en la que les
ha tocado vivir. La interpretación misma de los valores superiores e
inferiores, varía de individuo a individuo y de sociedad a sociedad,
de ahí el carácter heterogéneo que adoptan las tablas de valores.
Lo que es considerado como un valor superior para unos, para otros es
visto como inferior.
A pesar de las diferencias que pudieran existir, no cabe duda de que
la necesidad de establecer un orden jerárquico entre nuestras preferencias
axiológicas “es una incitación permanente a la acción creadora y a
la elevación moral. El sentido creador y ascendente de la vida se basa,fundamentalmente, en la afirmación del valor positivo frente al negativo
y del valor superior frente al inferior”. Un ejemplo de tabla o jerarquía de valores, es la que nos propone
Max Scheler, filósofo alemán del siglo XX, creador de la Axiología (ciencia
de los valores), quien planteó el siguiente ordenamiento axiológico:
1. Valores de lo agradable y lo desagradable, como el placer y el dolor,
el gozo y el sufrimiento...
2. Valores vitales, como salud y enfermedad, alegría-aflicción...
3. Valores espirituales, entre los que reconoce:
• Los valores estéticos, como lo bello y lo feo.
• Los valores morales, como lo justo y lo injusto.
• Los valores de la esfera del conocimiento, como lo verdadero y
lo falso.
4. Los valores religiosos, como lo sagrado y lo profano.
Max Scheler también fue el primer filósofo que sostuvo la idea de que,
para que sea creíble una tabla y jerarquía de valores, no es suficiente
con que el individuo y las sociedades particulares la elaboren, sino que
dicho ordenamiento debe ir acompañado de una cuestión que resulta
ser fundamental en la reflexión ética y axiológica:
determinar los criterios que nos permiten
establecer las jerarquías correspondientes. En
palabras de Risieri Frondizi, quería decir Scheler:
“No se podrá, sin embargo, determinar
críticamente una tabla de valores... sin examinar
previamente la validez de los criterios que
pueden utilizarse para descubrirla”.Con esto, lo que se propone es pasar de
la mera prescripción de los valores deseables, a
la determinación y reflexión sobre los criterios
que permiten ordenarlos jerárquicamente. En
congruencia con este planteamiento, Scheler
propuso cinco criterios para justificar su propia
tabla de valores:
1. Durabilidad: En la medida en que un valor
sea más duradero, es superior a otro con
menor duración.
2. Divisibilidad: La superioridad de un valor se justificará en la medida
en que menos divisible sea. Por ejemplo, un objeto antiguo no se
puede dividir en partes, su valor radica en tanto pieza completa.
3. Fundamentación: Si un valor fundamenta a otro es más alto. Así,
el valor dignidad de la persona fundamenta el de la tolerancia.
4. Profundidad de la satisfacción: Un valor es superior cuando
produce la satisfacción más profunda, sobre todo, cuando ésta es de
carácter espiritual.
5. Relatividad: Entre menos relativo sea el valor, éste será más elevado.
Un valor espiritual es superior a un valor sensible porque éste es más
relativo que aquél
Me parece un buen blogs pero poner un poco de menos información o acomodarla para que se vea muy buena y tenga una mejor calidad de textos, también es muy buena información y temas desarrollados.
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