Moral-desmoralizado

En la época moderna y contemporánea se acepta sin escándalo que la virtud pueda ser el comportamiento impotente y derrotado. No era así entre los clásicos: virtud proviene etimológicamente de vir, arrojo viril, y todavía en el Renacimiento virtú tiene que ver más con el denuedo y la intrepidez que saben hacerse con el triunfo que con la disposición de respetar determinados preceptos de moderación. El virtuoso es el triunfador, el más eficaz.
Como resumen y para terminar, las palabras de Ortega: “Un hombre desmoralizado es simplemente un hombre que no está en posesión de sí mismo, que está fuera de su radical autenticidad y por ello no vive su vida, y por ello no crea, ni fecunda, ni hinche su destino”.
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