Valores morales y no morales 
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Conforme a la clasificación de los valores esbozada en uno de los apartados anteriores, no existe ninguna dificultad para utilizar como sinónimos los términos valores éticos y valores morales, pues en esencia, ambos tienen como condición de posibilidad a la persona que les sirve de fundamento, que es constitutivamente, un sujeto ético-moral. En lo que sigue utilizaremos la expresión valores morales. Los valores morales comparten las características de los valores en general; pero tienen además las suyas propias: son valores que atañen a la acción humana en tanto que moral. Se diferencian de los demás porque se refieren a la persona en su globalidad y en su unidad; afectan a la persona en cuanto persona, no en cuanto ingeniero, consumidor, ciudadano, por ejemplo; y apuntan directamente a la dignidad del ser humano, a su realización plena como tal y a sus derechos fundamentales. No obstante, aunque resulta válido afirmar que los valores morales tienen relación con el resto de valores (útiles, vitales, estéticos, científicos), sólo los seres humanos pueden realizar el valor moral. Ni la naranja, ni el automóvil, ni la escultura, pueden realizar esta clase de valores; sólo la persona puede ser sujeto de valores morales. Bajo esta perspectiva, se puede afirmar que solamente la persona puede ser fuente de valores morales, sobre todo si tomamos en cuenta las siguientes cuatro argumentaciones:

1. “La persona es el único ser consciente y libre y, por tanto, responsable de su actividad.

2. Sólo para la persona pueden poseer sentido normativo tanto los valores como su ordenación jerárquica; por ejemplo, sólo para la persona posee sentido la norma que nos exige sacrificar el valor útil a los valores superiores, o el deber de realizar el valor así como la obligación de evitar el contravalor o disvalor.
3. La realización de los valores, sobre todo de los valores religiosos, intelectuales y estéticos, puede contribuir a nuestra formación; y nuestra formación es una obligación moral. 
4. La orientación moral de la conducta puede hacer variar el sentido propio y positivo del resto de los valores; por ejemplo, la utilidad es el valor propio y positivo de un martillo, mas con la utilidad de un martillo puede realizarse un asesinato. En este caso, tenemos un uso moralmente inadecuado del valor útil de un objeto”.

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